domingo, 11 de octubre de 2009

Aprendiendo de mis animales

Una jungla verde, frondosa, en el borde de un amplio estanque, quizá un pequeño recodo de un río, aguas tranquilas pero no estancadas. En sus orillas juncos rodeados de hierba de tamaño más que considerable , sobre una de estas briznas una enorme silueta se refleja a contraluz, inmóvil, como parte de la propia planta. Una mantis religiosa con las pinzas en el aire, tranquila, paciente, simplemente esperando...


Poco después buscando acerca de este curioso animal me encontré con detalles como estos en la wikipedia:


Tiene unos grandes ojos compuestos en la cabeza la cual puede girar hasta 180º y tres ojos sencillos entre los ojos compuestos.”

Su forma de caza es muy particular, ya que permanece casi inmóvil esperando que su comida pase cerca de ella, para luego atacar con extrema rapidez.”

En la época de apareamiento la mantis hembra emite feromonas, atrayendo al macho y en esta época cuando sucede el único momento en la que los machos y hembras se reúnen. Durante este periodo las hembras se vuelven muy agresivas y, en ocasiones, acaban por comerse a su compañero durante o después del apareamiento empezando por la cabeza, aunque este comportamiento está bastante mitificado, ya que, si bien se da con frecuencia en cautiverio, es raro en libertad.”

La relación de la mantis religiosa con el ser humano ha sido un tanto contradictoria ya que por un lado ha despertado la curiosidad y la admiración y por otro suscita la desconfianza y el miedo.”



En esta peculiar relación me llaman mucho la atención los detalles marcados, el poder ver 180º a tu alrededor (estar atento a lo que sucede en tu entorno), la paciencia.... posiblemente lo más importante en este momento (la calma creo que la tengo), la agresividad tan mitificada, y la relación contradictoria, pese a no ser venenosa la dualidad de opiniones... (¿identificado?).


En similares circunstancias también vino una imagen de otro animal, misma calma, misma paciencia, esta vez en mi “elemento”, la noche... no queda espacio para la duda.



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