“No dejes que tus alas de libertad, pierdan ni una sola pluma.”
Aquí ya tocamos temas muy polémicos. Libertad, pérdida... Los que consideren que no somos libres negarán la frase nada más terminarla (un rotundo Vaya chorrada → o algo mucho más malsonante seguro que acompaña a esta negación).
Los que si que consideren que podemos ser libres entenderán que no deberíamos perder ninguna de esas plumas, normalmente por el que dirán, por lo que hacen los demás, como reacciona el resto, etc.
Los que piensen que somos libres dirán que solo la mente hace que esas plumas se suelten, aunque ni las plumas pueden caerse, ni la mente puede ponerle barreras.
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