El muro ha caído, al menos esa es la visión que hay desde esta posición y el comentario se extiende como la pólvora, habrá que avanzar para comprobar. Los escombros por los alrededores continúan levantando una gran polvareda, parece que la lucha fue cruenta. No todos se hubiesen atrevido a ir y los que lo hubiesen hecho... tienen sus propias batallas, no se puede pedir más. Disparo rápido, desde cerca, el momento “Vivo”, está bien.
En esos momento en los que aún continuo buscando entre la peculiar niebla las obligaciones más inmediatas quedan un tanto empañadas, no hay prisa, seguirán estando ahí unos días después, no hay problema, el guión será escrito por la máxima “Show must go on”.
Cambios en las personas, lo más fácil es el exterior, siempre llamativos y por tanto fáciles de valorar. Nuevamente cambié y las personas estaban “ahí”, las consecuencias... Todos moviéndose hacia donde sus intereses les llevan, dejando más o menos parte de ellos para conseguirlo. Una mención aquí merece un grupo, Alivio. Llegaron a mis oídos hace poco tiempo y las canciones que había tenido la suerte de escuchar de ellos habían sido pocas ( Su Web) aún así, parte por curiosidad, parte por apoyar me acerqué, un gran concierto, el resto ya se lo dije a quien debía en ese momento.
Cuando las personas te van conociendo, en todo lo que una persona puede conocerte sin entrar en la búsqueda personal hacia uno mismo, va tolerando determinadas actuaciones muy particulares, y evidentemente viceversa también, a ese tipo de personas se les llama amigos normalmente. Hay personas que pese a su situación, a su carácter están ahí, no hablo de la intención, del querer estar, hablo de los que pueden estar, mucho más de lo que podrían decir la mayoría decir (con determinadas personas reconozco mi impotencia para estar ahí, algún día... no depende de mi). Si la persona en cuestión es especial hay pocas cosas que... reconozco que aquí no seré objetivo del todo, la estupidez humana me ofende en determinados momentos mucho más de lo que me gustaría, esos momentos suelen ser 2 (puede haber un tercero pero este es mucho más raro y por tanto no entraré).
El primero es cuando esa estupidez viene de uno mismo, la más común y la menos visible por norma. El segundo momento es el de la estupidez ajena a la persona, evidentemente con un matiz, no cualquier persona impacta de forma negativa no lo hace por ella misma, lo hace por la opinión que está con nosotros, por las expectativas de que fuese diferente, de que hiciese... de que pensase... de que... de que... de que.... Si fuese cualquier otro, en cualquier otro momento daría igual porque la atención estaba orientada de una forma más objetiva y no tan partidista. No es fácil conocer a alguien y por tanto los errores están ahí.
Uno de esos momentos me tocó hace escasas horas, en cuanto el alcohol me soltó un poco y la cabeza pudo pensar con algo más de claridad. Me dolió la visión simplista que se tenía de mi, supongo que juzgándome en el baremo de la persona, con sus parámetros de “normal”, antagonista a la dirección que tomé hace tiempo. Una dirección que no se entiende, vale, la masa es estúpida, lo sé porque a veces me veo caminando con ella de la mano, otras, prefiero pensar que cada vez más frecuentes, la veo pasar hacia el lugar del que vengo.
El lunes, comienzo de semana, el génesis, veremos si todo sigue su cauce.
domingo, 14 de diciembre de 2008
Pequeños placeres (1)
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