domingo, 28 de diciembre de 2008

Santos inocentes

La wikipedia, prima hermana para el navegante del todopoderoso google nos dice “El Día de los Santos Inocentes es la conmemoración de un episodio histórico del cristianismo: la matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea), ordenada por el rey Herodes con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret.”


Antes, una parte del mundo se gastaba bromas, reía y continuaba con su vida. “A las 12 se lo llevan las campanas”, una de las frases que se repetía en mi casa de pequeño. Curiosa fiesta pagana para festejar una matanza. Para aquellos que conozcáis la biblia (seguro que mejor que el que escribe) los niños fueron asesinados para asegurarse que uno de ellos, el que se alzaría más adelante como Messiah, no pusiese en peligro a un hombre. Metafóricamente (la biblia es un libro de ese género) sus principios, sus valores, toda la jerarquía de su ego se veía tambalear por la presencia de aquel pequeño infante, lo que representaba, Miedo. Suceso histórico, no... poco importa ahora, poco más que lo que se puede aprender de ahí. Cada uno tendrá su interpretación, la mía, de entre todas las posibles es esta en este momento porque “Predicamos más de lo que más tenemos que aprender”.


Y de eso mismo es de lo que me gustaría escribir ahora mismo, ahora que estoy a mi aire, alejado del mundanal ruido, de las personas “mundanas”, encontrándome, esperando, aclarando el mundo y a la vez huyendo. Sin poder controlar del todo mis actos, el nivel no es el mismo que hace mucho tiempo, la ola no golpea con la misma virulencia que antaño. Peores sucesos, menor alteración, dejándose llevar para algunas cosas, luchando para otras. Lo peor de esa lucha es que no es por un fin, no es por una meta, es para darse cuenta del camino, para cambiar de camino, bastante difícil pero no imposible, otro pequeño avance.


No hay comentarios: